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Día Mundial del Alzheimer: el rol de los familiares y cuidadores

Jueves 21 de Septiembre de 2023

Cada 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer con el objetivo de concientizar sobre la enfermedad y demostrar apoyo a las personas que viven con esta patología, así como a sus familias y cuidadores.  

Este día establecido y proclamado por la organización internacional Alzheimer's Disease International y la Organización Mundial de la Salud en 1994, es una nueva oportunidad para difundir información necesaria y reconocer de manera oportuna los síntomas de esta enfermedad, diferenciándola del proceso natural de envejecimiento. 

Otros de los ejes centrales de esta efeméride es promover la conciencia sobre los desafíos de la enfermedad, así como para fomentar la comprensión de la importancia de la investigación y el apoyo a las personas afectadas.  

Alzheimer: una enfermedad progresiva frecuente 

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa crónica y progresiva que afecta principalmente la memoria, el pensamiento y el comportamiento de una persona.  

Es la causa más común de demencia en adultos mayores. A medida que la enfermedad progresa, las personas con Alzheimer experimentan cada vez mayores dificultades para llevar a cabo tareas cotidianas y mantener su independencia.  

Síntomas a nivel cerebral 

A nivel cerebral, la enfermedad de Alzheimer se caracteriza por la acumulación anormal de proteínas, como placas de beta-amiloide y ovillos de proteína tau. Estas acumulaciones interfieren en la comunicación entre las células nerviosas y causan daño y pérdida de células cerebrales con el tiempo. Esto conduce a la atrofia cerebral y, a medida que la enfermedad avanza, también genera síntomas cognitivos y conductuales más graves. 

Los síntomas típicos de la enfermedad de Alzheimer incluyen: 

  • Pérdida de memoria: dificultad para recordar información reciente, como eventos o invitaciones. 

  • Dificultades en el pensamiento: puede manifestarse en problemas con la planificación, resolución de inconvenientes, toma de decisiones y el juicio. 

  • Dificultad en el lenguaje: las personas pueden tener problemas para encontrar las palabras adecuadas, seguir una conversación o comprender el lenguaje. 

  • Confusión en tiempo y espacio: perdida de la noción del tiempo, lugar y personas. 

  • Cambios en el comportamiento: los pacientes pueden volverse apáticos, deprimidos, irritables o ansiosos. También pueden tener cambios en el apetito y el sueño. 

  • Dificultad en las tareas cotidianas: las actividades diarias, como vestirse, bañarse y comer, pueden volverse complicadas. 

  • Pérdida de capacidad funcional: A medida que la enfermedad progresa, la persona puede volverse incapaz de cuidar de sí misma y necesitar asistencia constante.

Los factores de riesgo más importantes

  • Adultos mayores, en especial mujeres, tienen más riesgo de padecer Alzheimer. 

  • Historia familiar (aquellas personas que tienen un padre, hermano o hermana con Alzheimer tienen 2 o 3 veces más probabilidades de desarrollar la enfermedad. 

  • Antecedente de depresión. 

  • Antecedente de traumatismo de cráneo. 

  • Factores de riesgo vascular. 

La importancia de la familia y los cuidadores 

El diagnóstico de esta enfermedad neurológica crónica tiene un gran impacto no solamente en el paciente que la padece, sino también en su familia, cuidador y entorno inmediato. 
 
El apoyo familiar debe construirse y adaptarse a acuerdo a las necesidades y nuevas limitaciones. La familia, por su parte, se ve en la difícil tarea de controlar y reducir las responsabilidades que hasta ese momento recaían en su ser querido.  
La familia es testigo del progresivo cambio, tanto en la personalidad como en las capacidades cognitivas que hacían a su rol e identidad.  
 
Por su parte, el rol del cuidador puede resultar una experiencia satisfactoria para el paciente y la familia, y ser enriquecedora cuando se pone en juego la capacidad de resiliencia para ambos (es decir la capacidad de salir fortalecidos de situaciones adversas, como puede ser la discapacidad de un ser querido). No obstante, si no se tiene en cuenta el cuidado de su propia salud y bienestar, este rol puede convertirse en una fuente de malestar y experimentar lo que se conoce como sobrecarga del cuidador o sindrome de burn-out (“quemado”). 

Tratamientos y estrategias de manejo  

No existe una cura para la enfermedad de Alzheimer pero existen tratamientos y estrategias de manejo que pueden ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. La investigación sobre el Alzheimer continúa en busca de terapias más efectivas y estrategias para prevenir o retrasar la progresión de la enfermedad.    

El servicio de Neurología de nuestro Hospital, mediante el área de Neurología Cognitiva, brinda un abordaje integral para los pacientes con esta patología. 

En la actualidad, el diagnóstico de la Enfermedad de Alzheimer es clínico y comprende los siguientes pasos:   

  1. Entrevista al paciente y a un informante confiable sobre el caso en particular. 

  1. Examen físico. 

  1. Evaluación neurocognitiva (diferentes pruebas diseñadas para evaluar las distintas funciones cognitivas). 

  1. Exámenes complementarios de laboratorio. 

  1. Estudios de neuroimágenes. 

  1. Devolución de resultados de los estudios lo que permite programar un tratamiento adecuado y especializado para cada paciente. 

Por turnos y más información comunicarse al (0351) 4688888. 

Fuente: Dra. Natacha Brochero, Jefa Servicio de Neurología de nuestro Hospital.