Novedades

Hospital Privado Cordoba Actualidad

Síndrome Urémico Hemolítico: el mal de la carne cruda

Viernes 2 de Febrero de 2024

El Síndrome Urémico Hemolítico (SUH), más conocido como “el mal de la carne cruda”, es una afección causada por la bacteria Escherichia Coli productora de la toxina Shiga.  

El SUH representa la causa más frecuente de insuficiencia renal aguda en los niños pequeños y su incidencia está aumentando. Esto, sumado a la falta de tratamiento específico, de estrategias de inmunización, a la alta morbilidad y a la amplia circulación de cepas muy agresivas en el país, la convierte en una enfermedad altamente peligrosa que puede tener consecuencias irreversibles. 

Es importante saber que la prevención, a través de diferentes medidas y cuidados, es clave para enfrentar esta patología. 

Formas de trasmisión

Se transmite a través de los alimentos, el agua y de persona a persona por el contacto con las manos. 

También puede transmitirse por el contacto directo con animales y su materia fecal, y a través de aguas recreacionales.  

Los picos de brote de la enfermedad se producen durante los meses más cálidos, ya que las altas temperaturas favorecen la reproducción de la bacteria causante del SUH. 

¿Quiénes están en riesgo? 

El síndrome afecta a niños, principalmente a los menores de 5 años, pero también a los ancianos y personas inmunodeprimidas.  

¿Cuáles son sus síntomas? 

uede presentarse con diarrea (generalmente con sangre), fiebre, vómitos y dolor abdominal. Hay que tener presente que el período de incubación de la enfermedad es de 3 a 9 días. 
Si el niño tiene disminución de la cantidad de orina y decaimiento, debe consultarse inmediatamente al centro de salud más cercano. Es importante no automedicarse.  

¿Qué alimentos pueden estar contaminados con esta bacteria? 

  • Carne: La bacteria puede encontrarse en la superficie de la carne cruda y sus jugos, y de la carne picada y alimentos preparados con ella como hamburguesas, albóndigas, arrollados de carne, salame, y chorizos. 

  • Frutas y verduras: Lechuga, repollo, espinacas, coles, brotes de soja y alfalfa y otros vegetales que se consumen crudos. Frutas sin lavar en especial las rastreras. 

  • Leche sin pasteurizar y los productos lácteos elaborados a partir de ella, en especial los quesos blandos poco estacionados. 

  • Alimentos cocidos y listos para consumir: La bacteria puede encontrarse en la superficie de cualquier alimento debido a su contaminación a través de las manos de quien lo prepara o consume, de utensilios o de alimentos crudos contaminados (ver contaminación cruzada). 

  • El agua utilizada para beber y cocinar puede estar contaminada con STEC, cuando no proviene de una red y no recibe un tratamiento adecuado o las conexiones no son seguras. 

Consejos para extremar los cuidados 

Esta enfermedad puede prevenirse a través de diferentes medidas y cuidados de la vida cotidiana:  

  • Lavarse las manos muy bien con agua y jabón siempre: después de ir al baño, de cambiar pañales, de manipular alimentos crudos (carnes y verduras), y antes de cocinar y comer. Usar agua segura y jabón, frotar palmas, dorso, espacio entre los dedos y muñecas durante 20 segundos, y secar con una toalla limpia o descartable y cerrar el grifo con la misma. Tener en cuenta que el uso de alcohol en gel no sustituye el lavado de manos, ya que este por sí solo no elimina la bacteria. 

  • Asegurar una correcta y homogénea cocción de la carne evitando que quede rosada en el centro. Tener especial cuidado con la cocción de la carne picada, ya que generalmente se cocina la parte superficial, quedando insuficientemente cocida en el interior, de forma que la bacteria permanece viable. 

  • Limpiar de forma adecuada la mesada, utensilios y/o tablas usadas para los alimentos crudos. Se debe evitar el contacto entre las carnes crudas y/o los utensilios utilizados con éstas y los demás alimentos para así impedir la contaminación cruzada.  

  • Lavar cuidadosamente con agua potable las frutas y verduras antes de consumirlas, aun las que vienen en bandejas, y luego dejarlas en remojo con lavandina para uso alimentario, su dilución y tiempo serán según instrucciones del envase. 

  • durante 30 minutos con lavandina para uso alimentario, su dilución será según las instrucciones del envase.  

  • Utilizar y consumir siempre agua potable. Ante cualquier duda hervirla. 

  • Consumir leche y otros productos lácteos pasteurizados. Se debe asegurar que no se pierda la cadena de frío. 

  • Conservar los alimentos frescos y cocidos en la heladera ubicados adecuadamente (no colocar las carnes crudas en los estantes superiores para prevenir que se derrame su jugo sobre otros alimentos) y en recipientes con tapa o films. 

Por consultas y más información, solicitá tu turno con el servicio de Alimentación y Soporte Nutricional del Hospital llamando al 0351- 4688888.