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La primavera y las alergias: prepararse para controlarlas

Viernes 25 de Septiembre de 2020

En nuestra vida cotidiana es habitual escuchar hablar de enfermedades alérgicas en personas de nuestro entorno y grupos cercanos. Sin embargo, pocas son las personas que conocen en profundidad de qué se tratan estas enfermedades, cuáles son sus síntomas y por qué se producen. Por ello, el Dr. Adrián Kahn, Jefe del Servicio de Alergia e Inmunología de nuestro Hospital nos cuenta en detalle el alcance de estas tan frecuentes como subestimadas patologías.

 

Enfermedades alérgicas: ¿qué son?

Las enfermedades alérgicas se caracterizan por una respuesta exagerada a diferentes proteínas, llamadas alérgenos, y quienes las padecen producirán cantidades anormalmente elevadas de una molécula llamada Inmunoglobulina E (IgE). La exposición a los alérgenos puede ser por inhalación, ingestión, inyección o contacto. 

Hay alérgenos que se encuentran normalmente en el medio ambiente, llamados aero alérgenos, como son los ácaros, los epitelios animales, hongos ambientales y pólenes, y existen otros que no: los fármacos, los alimentos y los venenos de insectos. 

Las enfermedades alérgicas han aumentado en todo el planeta en las últimas décadas afectando actualmente al 20% de la población aproximadamente, y de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, se ubican dentro de las 6 patologías más frecuentes, aunque estos números varían un poco de acuerdo a la enfermedad estudiada.

¿En qué época del año se padecen más alergias?

Si bien todo el año estamos expuestos a los alérgenos que están dentro de la casa, como los ácaros y los hongos ambientales, la exposición a pólenes de árboles, gramíneas y malezas se produce principalmente en primavera y verano, es por este motivo que durante estas estaciones se da un aumento significativo de los síntomas por enfermedades alérgicas.

Es indudable la influencia que ejercen los factores climáticos y la polución ambiental en el desarrollo de este tipo de enfermedades. Un gran número de estudios establecen una relación directa entre el aumento de la prevalencia de las enfermedades alérgicas y material orgánico e inorgánico presente en el aire ambiental, como son los materiales producidos por la combustión de hidrocarburos en automóviles y en plantas industriales, bioaerosoles particulados y monóxido de carbono, entre otros. 

Otros factores a tener en cuenta son la menor exposición a gérmenes debido al uso masivo de vacunas, la presencia de herbicidas y pesticidas, los cambios nutricionales en los primeros meses de la vida y la exposición a alérgenos en el ambiente de trabajo. 

Tipos de reacciones

Las reacciones alérgicas pueden ser agudas, de comienzo y evolución muy rápida, y que pueden comprometer la vida, como son las reacciones anafilácticas o crónicas, que dan lugar a diferentes enfermedades como son la rinitis alérgica, el asma bronquial o la dermatitis atópica, por mencionar solo algunas.

¿Cuáles son las enfermedades alérgicas?

Una vez producido el fenómeno de la sensibilización, es decir, la producción excesiva de Inmunoglobulina E (IgE) en un determinado paciente, los órganos afectados son aquellos que tienen contacto directo con estos agentes, como son:

  • El aparato respiratorio con la aparición de rinitis, sinusitis o asma.
  • Los ojos, con la aparición de conjuntivitis alérgica.
  • La piel, con la aparición de urticaria, dermatitis atópica o dermatitis de contacto.
  • El aparato gastrointestinal, con la aparición de diarrea, vómitos o sangrado.

Lo mencionado con anterioridad representa solo las enfermedades alérgicas más frecuentes.

¿Cómo se tratan las enfermedades alérgicas?

Los tratamientos obviamente estarán de acuerdo a la enfermedad diagnosticada. El primer elemento a tener en cuenta es evitar el contacto con el alérgeno problema, una vez que ha sido identificado.  Por ejemplo, en el caso del asma bronquial hay fármacos antiinflamatorios de acción local, como son los corticoides inhalados y los antileucotrienos. 

También se dispone de diferentes tipos de broncodilatadores, entre los que se encuentran los de acción corta como es el salbutamol, y los de acción más larga, cuya protección llega a ser de hasta 24 horas, como son el salmeterol o el formoterol, y los agentes anti muscarínicos, como el ipratropio y el tiotropio. 

Los antihistamíncos, ya sean por vía oral o local, son los fármacos de primera elección para el tratamiento de la rinitis alérgica, la conjuntivitis alérgica y las enfermedades alérgicas de la piel. En el caso de las menos frecuentes alergias alimentarias, se realizan dietas de exclusión específicas.

El uso de la inmunoterapia

La otra forma de tratar las enfermedades alérgicas es mediante el uso de inmunoterapia desensibilizante específica. Esta forma de tratamiento es la única que puede cambiar el curso natural de las alergias, permitiendo a quienes la reciben encontrarse en un estado de hiposensibilización y así no presentar síntomas en caso de contactar con el alérgeno problema. 

Herencia y alergias

Diferentes estudios muestran que la predisposición a padecer enfermedades alérgicas se hereda. El riesgo de padecer alergia es del 40% si uno de los 2 padres es alérgico y, hasta del 65% si los 2 padres tienen alergias.

Viajes y alergias

El aumento de los viajes hace que quienes padecen enfermedades crónicas tomen las precauciones necesarias para no pasar momentos de angustia en medio de un viaje de placer o trabajo. Los alérgicos no escapan de esta regla, y un buen consejo médico es de mucha ayuda previo a emprender cualquier viaje.

Como regla general, llevar consigo antihistamínicos de uso oral y corticoides ya sean orales o inyectables deberían ser parte del botiquín de cualquier alérgico, pero por otra parte deberán individualizarse los fármacos a llevar de acuerdo al tipo de enfermedad que se padezca. 

A manera de ejemplo, quienes han padecido episodios de anafilaxis, es decir reacciones alérgicas severas que pueden poner en riesgo la vida como es el edema de glotis, deben siempre llevar consigo adrenalina en forma de ampollas o autoinyectable, corticoides y antihistamínicos. 

Los asmáticos, por su parte, deben cargar sus medicamentos de uso regular si es que las tuviesen, y el broncodilatador de rescate como es el salbutamol. Es muy importante, para quienes padecen alergias alimentarias, conocer la dieta del lugar de destino, para no verse sorprendidos con alimentos en las comidas que pueden producirles manifestaciones alérgicas. Debe prestarse también mucha atención al cuidado de la piel en quienes padecen dermatitis alérgicas, fundamentalmente en el caso de los niños, ya que un brote alérgico puede ser de severidad. En ese caso deben llevarse los medicamentos, ya sean cremas o medicamentos orales que el niño use de manera corriente.

Fuente
Dr. Adrián Kahn | Jefe del Servicio de Alergia e Inmunología
Hospital Privado Universitario de Córdoba