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Diabetes y sexualidad

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La sexualidad nos acompaña a lo largo de la vida y es un componente clave en la salud y en el bienestar. Esto fue reconocido por la Organización Mundial de la Salud en el año 1974. 

Existen muchas enfermedades crónicas que influyen y afectan la sexualidad, y una de ellas es la Diabetes. Los altos niveles de glucemia en las personas que tienen esta enfermedad repercuten en aspectos vasculares y neurológicos, que terminan incidiendo y dificultando el funcionamiento sexual.

Disfunción sexual 

Cuando una dificultad en el funcionamiento sexual ocurre en la mayoría de los encuentros sexuales, se mantiene en el tiempo y genera angustia y alteración de las relaciones interpersonales, se define como “disfunción sexual”.

La disfunción eréctil es la disfunción sexual más prevalente y padecida por alrededor del 50% de los pacientes diabéticos. Debido al daño vascular y otras comorbilidades asociadas como: la obesidad, la hipertensión y dislipidemia (especialmente en la diabetes tipo 2), se multiplica por tres la incidencia de disfunción eréctil respecto a la población no diabética.

Además, la disfunción eréctil puede ser un marcador y predictor de inicio de la enfermedad cardiovascular. 

Los trastornos en la eyaculación también son frecuentes en pacientes con diabetes, debido a la neuropatía existente.

Con respecto a la sexualidad en las mujeres, la prevalencia de disfunción sexual es mayor en aquellas con diabetes en comparación con las que no son diabéticas. Pero, aunque ambos sexos comparten un riesgo similar de complicaciones cardiovasculares y neurológicas que surgen de similares mecanismos fisiopatogénicos, los efectos de la diabetes pueden ser diferentes en hombres y mujeres.

Los estudios y las investigaciones no son tan concluyentes con respecto a las disfunciones sexuales en las mujeres. Esto se explica porque la sexualidad femenina está muy influenciada por factores hormonales, factores vinculares (de la pareja), psicológicos, culturales y otros, como la depresión.

Importante 

Hay mitos y falsas creencias respecto a la sexualidad de las personas con diabetes. Lo más importante a saber es que la vida sexual no se termina con esta enfermedad.

La función sexual se puede afectar, pero no solo dependerá del control glucémico sino también de la edad, los años de curso de enfermedad, el impacto psicológico que tiene el diagnóstico de diabetes y su aceptación. También de la contención y colaboración del entorno familiar, social y con la pareja.
 
Por eso desde la Sexología Clínica se ayuda a las personas con dificultad en su sexualidad, basándose en información, educación sexual, consejería sexual, psicoterapia y terapia sexual según cada situación.

Hay que mejorar la autoestima, la seguridad, la visión de la propia imagen corporal, la intimidad, la comunicación con la pareja, el erotismo y resolver puntualmente la dificultad o problema sexual.

Recordar

La evaluación y el control de la función sexual debe ser parte de los controles de rutina en pacientes con diabetes, para lograr una sexualidad plena y una buena calidad de vida.