Prevención

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Hábitos alimentarios

¿Cómo implementarlos en familia?

Un tema siempre vigente es la alimentación saludable y segura en niños y adolescentes. Los padres se preocupan por la salud de sus hijos, pero los cambios de hábitos, las costumbres sociales, la impregnación de publicidades y la impronta de las redes sociales, hacen que cada vez sea más difícil su cumplimiento. 

Las recomendaciones varían según la edad, según el momento de su desarrollo, la socialización y las necesidades nutricionales, diferente para cada rango etario. Por este motivo, la Dra. Raquel Furnes, especialista en Gastroenterología y Nutrición Pediátrica de nuestro Hospital, explica las diferencias para llevar una alimentación sana en niños y adolescentes.

Niños de edad preescolar

Los niños a partir de los 2 años dejan de ser “lactantes”. En esta etapa, adquieren capacidades sociales, físicas y motrices, ahora pueden masticar y tragar alimentos trozados, y ya toman con sus manos la tasa y el vaso, dejando atrás el biberón. 
A esta edad desarrollan una conducta alimentaria y empiezan a reconocer sabores nuevos.
Además, su principal actividad es jugar y explorar por lo que comienzan a diferenciar formas y texturas de los alimentos. 

Niños de edad escolar

Esta etapa comprende los niños desde los 6 años hasta el comienzo de la pubertad. El crecimiento es “lento” por lo que sus requerimientos calóricos relativos son menores. La socialización aumenta, y son más influenciables por las publicidades que les llegan a través de las pantallas. Descubren golosinas y comidas rápidas, con sabores muy atrayentes. Las exigencias escolares van en aumento, incluido el cumplimiento de horarios. 

Adolescentes: la transición de niño a adulto

Comienza con la adolescencia una de las etapas de la vida que van definiendo personalidades, gustos y preferencias que perdurarán por el resto de la vida. Se producen modificaciones físicas, psíquicas y sociales. 
En la etapa de la pubertad se produce la máxima diferenciación sexual, con aceleración del crecimiento con variabilidad individual. Esto lleva a un incremento de necesidades nutricionales.